Lo INDISPENSABLE para emprender

Venga.

Ya está.

Decidido.

Has decidido emprender.

Bien.

Bien por ti.

¿Seguro, eh?

Mira que no hay vuelta atrás.

Bueno, sí que la hay, pero no vas a querer darla porque lo que vas a vivir te va a molar tanto que ya no te vas a poder despegar del emprendimiento.

Y sí, incluso el día de Navidad puede que pienses en tu negocio.

Pero es lo que tiene cuando haces lo que te gusta. 🙂

Llegados a este punto, vayamos por partes Jack (destripador).

Antes que te líes la manta a la cabeza de montar tus redes sociales, que si el diseño del logo, que si tu página web (por favor, no hagas lo primero la página web), que si patín, que si patán.

No, no, no.

Antes de empezar a accionar.

Para un momento.

Siéntate.

Coge papel y lápiz. 

Y apunta tu brújula del emprendimiento.

¿Qué coñ@# es la brújula del emprendimiento?

No, no me he vuelto loca y estoy ya hablando de mis fumadas de crecimiento personal, bueno, un poquito sí, pero es mi esencia, ya deberías saberlo.

Lo primero que debes tener CLARÍSIMO es el PARA QUÉ quieres emprender.

Y puede que creas que sea una gilipo@#% pero te aseguro que no lo es.

Es muy fácil perderse en el día a día de los quehaceres emprendiendo: Facturas, buscar clientes, proveedores, Instagram, que si un blog, que si marketing, que si logo, que si imagen corporativa…

Pero si hay algo que tienes que tener MUY claro es el por qué lo estás haciendo porque en algún momento, tarde o temprano, se te va a plantear la pregunta de “¿Cómo carajos he terminado aquí y que hago con esto?

Es fácil que te surja esa pregunta, pero no es porque tú seas un bicho raro (que ya lo eres solo por querer emprender), sino porque le pasa a TODO el mundo.

Y no solo con el emprendimiento, sino en la vida personal o en tu vida profesional antes de emprender.

Porque es una pregunta que nos hacemos (unos más que otros) cuando las cosas no van cómo nosotros esperábamos.

Pero… ALERTA SPOILER, la vida no siempre saldrá como tu esperas.

Y tú eres la única persona en tu vida que te tienes que asegurar que se acerque lo máximo posible a eso.

Así que ahí está el Kit de la cuestión colega: Tienes que saber qué esperas y por qué lo esperas.

Hay muchas personas que emprenden por la libertad horaria. He conocido muchas madres, sobre todo que lo hicieron para poder estar con sus hijos

También hay otros que emprenden porque saben que emprendiendo, no tienes techo salarial a menos que tengas creencias limitantes con el dinero (pero ese es otro rollo que te suelto en otro momento).

Incluso hay algunos que emprenden porque están hasta los mismísimos de trabajar para otros y que no valoren su trabajo.

Yo, fui todas las de arriba, incluyendo problemas de salud.

De hecho, empecé a emprender casi por obligación cuando una enfermedad intestinal me empujó a ello, cansada de que no me valoraran en una multinacional, cansada de las burocracias que se vivían ahí y porque no era capaz de entender, entre otras muchas cosas, por que no me podían rodar mi horario 1 PUÑETERA hora, para facilitarme la vida después de 14 años en esa empresa.

Perdón, que me caliento.

Pero fíjate, tengo tan arraigado eso que mi para qué está enfocado a que no quiero volver a algo así.

Emprender me da la libertad de que si un día no quiero currar, no lo hago.

Que con mi portátil puedo currar desde dónde me de la gana, con MIS normas, con MIS obligaciones y naaaaadie, absolutamente NADIE, me dice qué tengo que hacer.

Dios, eso es la caña.

Y si te soy sincera, a veces he tenido clientes que me han dicho lo qué tengo que hacer.

Peeeero, en el momento que veo que se me suben a la chepa o se pasan de la raya… ahí se quedan.

Con otros emprendedores bromeo a veces diciendo que me voy a ir a trabajar al Decathlon o al Mercadona (Y ojo, que me parece que son trabajos maravillosos, de ahí que me quiera ir a currar allá) pero sé que no lo digo en serio.

Porque sé, que mi para qué, es mucho más fuerte que un día malo.

Cuando empecé a conocer el mundo del emprendimiento súper profundamente, me dí cuenta (a parte de mis motivos egocentristas) que en el mercado del emprendimiento falta honestidad.

Falta mucha más gente diciéndo que el emprendimiento es un camino de autodescubrimiento y de mucho curro. No tanto mojito y más cafés por las noches en ocasiones.

Y entonces mi PARA QUÉ, aún creció más.

Ya no solo va de mí y de lo que YO quiero (que sí, que tengo mi egoísmo, por supuesto) pero también quiero ayudar a personas como tú a que emprendan con cabeza.

Eso también es egocentrismo, me temo, pero al menos, te ayudo a ti que es lo que me alimenta mi ego de “que buena soy”.

Que lo soy.

¿No? jajajaja

Así que siéntate un momento, apunta el PARA QUE quieres emprender y grábatelo a fuego, te recordarás en todo momento el motivo que hay detrás de esa decisión.

Y si te animas, me encantaría que me lo compartieras aquí debajo.

Te leeeeoooo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *